30.10.16


«¿Pero qué podía importar entonces de dónde provenía el suave impulso que incita el alma al movimiento y la echa a andar, condenándola a no detenerse nunca?»

· Vladimir Nabokov.

22.10.16



«Abandono completo. No hay solución. La esperanza ha lanzado un último estertor. Mirad sus ojos abiertos, enfocados hacia un cielo de ausencia, contemplad sus manos lastimadas por la incomprensión. Aprended de su sonrisa bañada de asco, de su piel transida de miedo. Llorad, es necesario llorar toda la vida, porque mi esperanza ha muerto.

La mañana para llorar. La noche para desear. La tarde para jugar a la vida.

¿Renace la alegría? No. Es el amor que encendió un fuego cerca de mi corazón.

Existe alguien, alguien como tú o él, alguien que llora y tiene manos, alguien con un barco dentro de cada ojo, alguien cuyos labios tienen gusto a la sonrisa del mar cuando el sol lo saluda, alguien de cuya frente surgen canciones inmemoriales, alguien con un corazón mensajero que lleva cartas al infinito, alguien, en suma, como tú y como él. Y ese alguien es mi amor. Aunque yo sea una mendiga despreciada, aunque mis ojos hayan sido secuestrados por el llanto, aunque yo corra, de calle en calle, y me arrastre con un bicho dentro y aunque el bicho me muerda y me haga aullar, él es el que yo amo. (Y no cierro los ojos al decirlo.)

Excitación. Vértigo. Ganas de subirme a una estrella y decirle: Amo.

En mi amor todo es pérdida. Pero he aquí mis ojos lucientes como perros rabiosos. He aquí mis manos dulces como la lluvia. En mi amor todo es pérdida. (Hoy y siempre debo recordarlo. Hoy y siempre.)»


· Alejandra Pizarnik.

2.10.16


11 de septiembre de 1959



«Entonces llegas tú, con ojos, con miradas, contemplándome hasta quemar mi edad y mi historia. Me regresas, me trasladas al tiempo sin números, me zambulles en el mar de sangre y cielo. Yo duermo y oficio de contemplada. Mis ojos arrojan fuego verde por los párpados cerrados. Sonrío como un pájaro que muere en medio de su canto. Me deshago en tu mirada: en tus ojos hay la seguridad y el orden, hay la creación, hay la poesía seria como una invocación a la lluvia. Habito tus ojos para guarecerme del frío y del peligro conocido. En tus ojos hay las aventuras que siempre finalizan con manos entrelazadas. Llega a mí.»


· Alejandra Pizarnik.



«Domingo. Lento y opaco domingo lleno de garras oscuras que atraen misteriosamente las horas. Domingo. Las sombras cubren mi tristeza que desciende simétricamente hacia el vacío.»


· Alejandra Pizarnik.


Durmo, cheio de nada, e a manhã
É, em meu coração,
Qualquer coisa sem ser, prolixa e vã
Dada a um prolixo e vão.

O sono! este mistério entre dois dias
Que traz ao que não dorme
À tona de água visões más, vazias,
Num outro mundo enorme...

O sono! que cansaço me vem dar
O que não mais me traz
Que uma onda lenta, sempre a ressacar,
Sobre o que a vida faz!


                               ***


Duermo, lleno de nada, y la mañana
es, en mi corazón,
cualquier cosa sin ser, prolija y vana
dada a un prolijo y vano.

¡El sueño! Este misterio entre dos días
que trae al que no duerme
a ras de agua visiones malas, vacías,
en otro mundo enorme...

¡El sueño! ¡Qué cansancio viene a darme
el que no me trae más
que una ola lenta, siempre en resaca,
encima de lo que la vida hace!


· Fernando Pessoa.


Assim sem nada feito e o por fazer
Mal pensado, ou sonhado sem pensar,
Vejo meus dias nulos decorrer,
E o cansaço de nada me aumentar.

Perdura, sim, como uma mocidade
Que a si mesma se sobrevive, a esperança,
Mas à mesma esperança o tédio invade,
E a mesma falsa mocidade cansa.

Ténue passar das horas sem proveito,
Leve correr dos dias sem acção,
Como a quem com saúde jaz no leito
Ou quem sempre se atrasa sem razão.

Vadio sem andar, meu ser inerte
Contempla-me, que esqueço de querer,
E a tarde exterior seu tédio verte
Sobre quem nada fez e nada quer.

Inútil vida, posta a um canto e ida
Sem que alguém nela fosse, nau sem mar,
Obra solenemente por ser lida,
Ah, deixen-me sonhar sem esperar!


                              ***


Así sin nada hecho y lo por hacer
mal pensado, o soñado sin pensar,
veo mis días nulos transcurrir,
y el cansancio de nada aumentarme.

Perdura, sí, como una mocedad
que a sí misma se sobrevive, la esperanza,
pero a la esperanza misma el tedio invade,
y la misma falsa mocedad cansa.

Tenue pasar de las horas sin provecho,
leve correr de los días sin acción,
como a quien con salud yace en el lecho
o quien siempre se retrasa sin razón.

Vago sin andar, mi ser inerte
me contempla, que olvido de querer,
y la tarde exterior su tedio vierte
sobre quien nada hizo y nada quiere.

Inútil vida, puesta a un lado e ida
sin que nadie en ella fuese, nao sin mar,
obra solemnemente por ser leída,
¡Ah, dejadme soñar sin esperar!


· Fernando Pessoa.