«[...] Me gustaría darte una alegría que ningún otro te hubiera dado antes. No sé como dártela y, sin embargo, yo poseo esa alegría. Quisiera dirigirme a ti más íntimamente de lo que ningún otro lo haya hecho antes. Quisiera llegar contigo a esa hora de la noche en que sucesivamente hayas abierto y después cerrado muchos libros, buscando en cada uno de ellos más de lo que te pudiera revelar; esa hora en la que aún esperas; en la que tu fervor, al no sentirse ayudado, se va a convertir en tristeza. Quisiera escribir un libro del que te pareciera ausente todo pensamiento y toda emoción personal y en el que solo vieras la proyección de tu propio fervor. Quisiera acercarme a ti y que tú me amaras.La melancolía no es sino fervor apaciguado.»
· André Gide.
16.9.18
De Los alimentos terrenales II
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