«Hacía los sacrificios más asombrosos, solo para descubrir que carecían de valor. ¿De qué servía demostrar que podía ser lo que esperaban de mí, si no quería ser ninguna de esas cosas? Siempre que llegas al límite de lo que te exigen, afrontas el mismo problema: ¡ser tú mismo! Y, al dar el primer paso en esa dirección, te das cuenta de que no hay ni más ni menos; tiras los patines y te pones a nadar. Ya no hay sufrimiento, porque no hay nada que pueda amenazar tu seguridad.»
· Henry Miller.
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