22.7.18


«De cualquier forma, no puedo contar más contigo en mi aflicción, ya que te niegas a preocuparte de lo que más me atañe: mi alma.»


· Antonin Artaud.


«Hemos perdido las mismas ilusiones, hemos seguido los mismos caminos.»

· Jean-Paul Sartre.


«Veo a otros que se dejan matar, paradójicamente, por las ideas o ilusiones que les dan una razón de vivir (lo que llamamos una razón de vivir es al mismo tiempo una excelente razón de morir).»


· Albert Camus.

De El mito de Sísifo VII


«Un peldaño más abajo y encontramos la extrañeza: darse cuenta de que el mundo es "espeso", entrever hasta qué punto una piedra es ajena, nos es irreductible, con cuánta intensidad la naturaleza, un paisaje, puede negarnos. En el fondo de toda belleza yace algo inhumano, y estas colinas, la suavidad del cielo, los dibujos de estos árboles, pierden al instante el sentido ilusorio con que los revestíamos, más alejados ya que un paraíso perdido. La primitiva hostilidad del mundo asciende, desde el fondo de los milenios, hacia nosotros. Durante un segundo ya no lo entendemos, pues durante siglos no hemos entendido en él sino las figuras y dibujos que previamente le aportábamos, y ahora nos fallan las fuerzas para usar ese artificio. El mundo se nos escapa y después vuelve a ser él. Los decorados enmascarados por el hábito vuelven a ser lo que son. Se alejan de nosotros. Lo mismo que hay días en los que, bajo su rostro familiar, vemos de pronto como una extraña a la mujer amada hace meses o años, quizás lleguemos a desear lo que nos deja de pronto tan solos.»


· Albert Camus.


«Si hubiera que escribir la única historia significativa del pensamiento humano, sería la de sus arrepentimientos sucesivos y sus impotencias.»

· Albert Camus.

De El mito de Sísifo VI


«¿De quién y de qué puedo decir, en efecto: "¡Lo conozco!"? Puedo sentir mi corazón y juzgar que existe. Puedo tocar el mundo y juzgar también que existe. En eso se detiene toda mi ciencia, el resto es construcción. Pues si trato de aferrar ese yo que tengo tan seguro, si trato de definirlo y resumirlo, no es sino un agua que corre entre mis dedos. Puedo dibujar uno por uno todos los rostros que sabe adoptar, también todos los que le han dado, su educación, su origen, su ardor o sus silencios, su grandeza o su bajeza. Pero los rostros no se suman. Este mismo corazón que es el mío me resultará indefinible para siempre. Nunca se colmará el foso entre la certeza que de mi existencia tengo y el contenido que intento dar a esa seguridad. Seré, por siempre, extraño para mí mismo.»


· Albert Camus.

De El mito de Sísifo V


«Sean cuales sean los juegos de palabras y las acrobacias de la lógica, comprender es ante todo unificar. El deseo profundo del espíritu, incluso en sus operaciones más evolucionadas, coincide con el sentimiento inconsciente del hombre frente a su universo: es exigencia de familiaridad, apetito de claridad. Para un hombre entender el mundo es reducirlo a lo humano, marcarlo con su sello. [...] E igualmente el espíritu que trata de comprender la realidad no puede darse por satisfecho hasta que la reduzca a términos del pensamiento. Si el hombre reconociera que también el universo puede amar y sufrir, se reconciliaría. Si el pensamiento descubriera en los cambiantes espejos de los fenómenos unas relaciones eternas que pudiesen resumirlos y resumirse ellas mismas en un principio único, cabría hablar de una felicidad espiritual de la que el mito de los bienaventurados no sería sino ridículo remedo. Esta nostalgia de unidad, este apetito de absoluto ilustra el movimiento esencial del drama humano.

[...]

Mientras el espíritu calla en el mundo inmóvil de sus esperanzas, todo se refleja y ordena en la unidad de su nostalgia. Pero, al primer movimiento, ese mundo se resquebraja y se derrumba: una infinidad de fragmentos relucientes se ofrecen al conocimiento. Desesperemos de reconstruir alguna vez la superficie familiar y tranquila que apaciguaría nuestro corazón.»


· Albert Camus.