24.1.21


De El Pesanervios V



«Cuando yo me pienso, mi pensamiento se busca en el éter de un nuevo espacio. Estoy en la luna como otros están en su balcón. Participo de la gravitación planetaria en las fisuras de mi espíritu. 
La vida se va a hacer, los acontecimientos a sucederse, los conflictos espirituales se resolverán, pero yo no participaré. Nada puedo esperar ni por parte física ni por parte moral. Para mí es el perpetuo dolor y la sombra, la noche del alma, y no tengo una voz para gritar. 
Dilapidad vuestras riquezas lejos de este cuerpo insensible a todo lo espiritual o sensual. 
He elegido el dominio del dolor y de la sombra como otros el de la irradiación y el amontonamiento de la materia. 
No trabajo en la extensión de cualquier dominio. 
Trabajo en la duración única.»


· Antonin Artaud.


De El Pesanervios IV


«La parálisis me gana y me impide cada vez más regresar a mí mismo. No tengo ya punto de apoyo, ni base... me busco no sé dónde. Mi pensamiento no puede llegar hasta donde llega mi emoción, y las imágenes que afloran en mí lo empujan. Me siento castrado hasta en mis más mínimos impulsos. Acabo por ver el día a través de mí, a fuerza de renunciamientos en todos los sentidos de mi inteligencia y mi sensibilidad.»


· Antonin Artaud.


«Pero sea como sea mi vida, eso no me ha impedido regresar lentamente a mi ser e instalarme un poco más cada día. En ese ser que la enfermedad me había vedado y que el reflujo de la vida me restituye trozo a trozo.»


· Antonin Artaud.

23.1.21


«Quisiera hacer un Libro que moleste a los hombres, que sea como una puerta abierta y que los lleve hacia donde ellos jamás consentirían llegar, simplemente una puerta enfrentada con la realidad.»


· Antonin Artaud.


De El Pesanervios III


«Si uno pudiera probar solamente su nada, si uno pudiera reposar en su nada y que esa nada no fuera una cierta forma de ser, pero tampoco la muerte total.

Es tan duro dejar de existir, dejar de estar dentro de algo. El verdadero dolor es sentir cómo se desplaza nuestro pensamiento en uno mismo. Pero el pensamiento como un punto no es seguramente un sufrimiento.

Estoy en el instante en que no me aferro más a la vida, pero llevo conmigo todos los apetitos y las insistentes titilaciones del ser. No tengo más que una ocupación: volverme a hacer.»


· Antonin Artaud.


«Una especie de pérdida constante del nivel normal de la realidad.»


· Antonin Artaud.


De El Pesanervios II



     «Bajo esta costra de hueso y piel, que es mi cabeza, hay una constancia de angustias, no como un punto moral, como los razonamientos de una naturaleza imbécilmente puntillosa, o habitada por un germen de inquietudes dirigidas a su altura, sino como una (decantación).
     en el interior,
     como la desposeción de mi sustancia vital,
     como la pérdida física y esencial
     (quiero decir pérdida de la esencia)
de un sentido.»


· Antonin Artaud.



«Reencontrarse en un estado de extrema conmoción, esclarecida de irrealidad, con trozos del mundo real en un rincón de sí mismo.»


· Antonin Artaud.


De El Pesanervios I



«Hay una angustia ácida y turbia, tan potente como un cuchillo, y en la que el descuartizamiento tiene el peso de la tierra, una angustia de relámpagos, en puntuación de simas, cerradas y apretadas, como chinches, como piojos duros, cuyos movimientos están congelados, una angustia donde el espíritu se estrangula y se corta a sí mismo —se mata.

No consume nada que no le pertenezca, nace de su propia asfixia.

Es una congelación de la médula, una ausencia de fuego mental, una carencia de circulación de la vida.

Pero la angustia opiácea tiene otro color, no tiene esta caída metafísica, esta maravillosa imperfección de acento. La imagino llena de ecos y de cuevas, de laberintos, de retornos; llena de lenguas de fuego parlantes, de ojos mentales en acción y del chasquido de un sombrío rayo, pleno de razón.

Pero entonces imagino bien centrada al alma, y siempre en el infinito divisible, y transportable como algo que es. Imagino al alma sensible, que a la vez lucha y consiente y hace girar sus lenguas en todos los sentidos, multiplica su sexo —y se mata.

Es necesario conocer la verdadera nada deshilada, la nada que no tiene ya órgano. La nada del opio tiene en sí la forma de una frente que piensa, que ha encontrado el sitio del negro orificio.

Yo hablo de la ausencia de orificio, de un sufrimiento frío y sin imágenes, sin sentimientos, que es como un choque indescriptible de fracasos.»



· Antonin Artaud.