16.10.14

De ¡Qué lejos estoy de todo!



«¡Nos hallamos todos tan cerrados los unos respecto a los otros! Incluso abiertos hasta el punto de recibirlo todo de los demás o de leer en las profundidades del alma, ¿en qué medida seríamos capaces de dilucidar nuestro destino? Solos en la vida, nos preguntamos si la soledad de la agonía no es el símbolo mismo de la existencia humana.

[...]

Aislados, separados del mundo, todo se nos vuelve inaccesible. La muerte más profunda, la verdadera muerte, es la muerte causada por la soledad, cuando hasta la luz se convierte en un principio de muerte. Momentos semejantes nos alejan de la vida, del amor, de las sonrisas, de los amigos —e incluso de la muerte. Nos preguntamos entonces si existe algo más que la nada del mundo y la nuestra propia.»


· Emil Cioran.

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